Con estas fotos acompaño mi agradecimiento a la escritora Leticia Garriga, a quien muchos de vosotros conocéis y a su esposo Mauricio, por su simpatía y generosidad. Siempre me alegra compartir mi tiempo libre con personas que vienen a mi tierra y desean visitarme, por eso espero que tengan un buen viaje y ya de vuelta al hogar, conserven un excelente recuerdo de aquellos momentos que para ellos hayan sido especialmente felices.
Han dejado México, uno de los países más grandes del mundo y en el cual residen, para venir a este pequeño y diminuto rincón, cuando el calor del verano aprieta en Zaragoza y la actividad es menor, y en esta comparación de dimensiones, se nos escapa una sonrisa al ver pasar una limusina cual Las Vegas.
Y entre jarra y jarra de sangría......
Paseamos por las calles y su historia, sin acumular datos ni abrumadoras explicaciones para turistas, como dice Leticia: "lo que no sepamos, nos lo inventamos", porque lo que nos gusta es la sobrecarga sensorial, ya sea al pasear por una arteria comercial, al ver los naranjos amargos y las hojas del olivo o al acercarnos a un monumento en taxi, bus, tranvía o caminando, cuando es el corazón el que se fija en los detalles y no la vista, sobrecarga en la imagen de ese pobre que extiende su mano para pedir limosna, o en las cosas movidas de su sitio cuando hay obras, así es esta ciudad que aspira a pasar página a los malos tiempos bajo carteles de "se alquila" o "se traspasa".
Pensé que no todo gusta a todos y me fue sencillo hacer propuestas a las que ambos se acomodaron fácilmente. Anfitrión y huésped siempre se pueden adaptar, porque todos contamos con una fuerza interior que nos mueve cuando de verdad queremos y más cuando se trata de desconectar y de aprovechar cada oportunidad que se tiene al viajar, que no deja de ser una tregua que te da la lucha contra el tiempo.
Y entre jarra y jarra de sangría......
Paseamos por las calles y su historia, sin acumular datos ni abrumadoras explicaciones para turistas, como dice Leticia: "lo que no sepamos, nos lo inventamos", porque lo que nos gusta es la sobrecarga sensorial, ya sea al pasear por una arteria comercial, al ver los naranjos amargos y las hojas del olivo o al acercarnos a un monumento en taxi, bus, tranvía o caminando, cuando es el corazón el que se fija en los detalles y no la vista, sobrecarga en la imagen de ese pobre que extiende su mano para pedir limosna, o en las cosas movidas de su sitio cuando hay obras, así es esta ciudad que aspira a pasar página a los malos tiempos bajo carteles de "se alquila" o "se traspasa".
San Jorge y el dragón |
Divisas de los Reyes Católicos, Isabel y Fernando, las flechas y el yugo respectivamente. |
Puerta del Carmen, abierta a cañonazos y defendida por el pueblo aragonés. |
Un edificio de la céntrica calle Alfonso |
Escalera noble del Palacio de los Reyes Católicos en la Aljafería. Ventanales de medio punto con decoración de hojas y tallos
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Pensé que no todo gusta a todos y me fue sencillo hacer propuestas a las que ambos se acomodaron fácilmente. Anfitrión y huésped siempre se pueden adaptar, porque todos contamos con una fuerza interior que nos mueve cuando de verdad queremos y más cuando se trata de desconectar y de aprovechar cada oportunidad que se tiene al viajar, que no deja de ser una tregua que te da la lucha contra el tiempo.
Este azulejo debe su nombre a la que fuera una importante familia de la ciudad. |
Vamos de tapeo.
Visitamos el Acuario, ya que Mauricio es biólogo marino y tenía interés por ver las especies que viven en ese 1.500.000 litros de agua dulce.
Pero los peces hacían piruetas y desaparecían ante nuestra cámara. Hay galápagos leprosos, dragones de agua, peces cirujano, pirañas, anacondas y peces cuchillo, nombres todos ellos, que no suenan nada bien. Y de un lado para otro, reflexionamos sobre lo fácil que resulta dejarse atrapar por los colores y formas de los peces en el agua.
Hoy hablamos del arte, de la vejez, de la familia, hacemos fotos a diminutas flores, tarareamos alguna canción, escuchamos el canto de los pájaros y enmudecemos con el silencio de la tarde.
Las imágenes demuestran la palpable satisfacción, acrecentada con el buen humor que supimos añadir como aderezo.
No digo que la vida sea perfecta, nosotros tampoco lo somos, errores y defectos son mutuos, pero sí que en ella nada es casualidad. Debemos tratar de buscarle permanentemente un sentido, y reconocer que nos ha concedido morar en lugares agradables y pacíficos y acercarnos más a gente estupenda.A la hora de comer.
Cada vez que te sientas a la mesa, delante de un plato y en compañía, sabemos que hemos aprendido algo nuevo tras conocer a otras personas en una charla íntima, es el pensamiento que se hace palabra al ser uno mismo.
A la hora de pedir la cuenta, lean lo que dicen estos azulejos
Pagarán la comida, los que pierdan la partida.
Creo que esta otra opción es mucho mejor:
Con una buena siesta se acaba mejor la fiesta.
Después de un intenso fin de semana, es natural que el cansancio se adueñe de todos. Así llegamos a sentirnos el día de la despedida después de haber exprimido la mañana. No conviene excederse, ya saben el refrán: "Lo poco agrada y lo mucho enfada". Hay que sugerir una retirada a cámara lenta.
Nadie puede decir que la vida de esta escritora sea sedentaria, tiene un subidón de moral, lo que se llama tirón, no frenado por la salud o la edad. La he visto subirse a los aparatos de gimnasia del parque haciendo frente al calor y sonriendo cuando un suave viento nos despeinaba.
Finalizamos con orujo y rosquillas y brindamos, por el sol, la música, la risa, la belleza, el colibrí, y sobre todo por la inspiración tan necesaria para seguir escribiendo con el único éxito y recompensa que el de expresar sentimientos y hacer amigos, tal vez la buena suerte haya que ir a por ella y buscarla pero es inequívoco que la mayor riqueza está en el alma de la gente.
Con esta entrada os deseo a todos unas felices vacaciones.
Con esta entrada os deseo a todos unas felices vacaciones.